Reporte comparado GEIAL 2024
¿Cómo estamos? ¿Cómo vamos?
La foto y la película de los ecosistemas latinoamericanos
Autores
Hugo Kantis
Juan Federico
Resumen ejecutivo
El Grupo de Ecosistemas Inteligentes de América Latina (GEIAL) es la primera comunidad de ecosistemas de la región que se mide, compara, monitorea y aprende de las experiencias y buenas prácticas de sus miembros y comparte por esa vía información y contactos valiosos. La integran más de 140 actores de más de 50 organizaciones y su plataforma de datos e indicadores, construida en los años 2023-2024, abarca 25 ecosistemas. Las ciudades pioneras de GEIAL, aquellas que se incorporaron ya en 2023, el primer año, son: Antofagasta, Copiapó, La Serena-Coquimbo, Iquique, Santiago y Valparaíso en Chile; Barranquilla, Bogotá, Manizales, Medellín y Cali en Colombia; Guayaquil, Quito y Loja en Ecuador; San Pablo en Brasil, Montevideo en Uruguay y Buenos Aires en Argentina. En 2024 se sumaron Lima e Ica de Perú, Concepción de Chile, Rio Cuarto de Argentina, Tijuana y Monterrey de México y Portoviejo y Cuenca de Ecuador. En el primer año se levantó información y se analizó el estado de las condiciones sistémicas para el surgimiento y desarrollo de emprendimientos dinámicos, tanto a nivel comparado (“la foto grupal”) como de cada ecosistema local (“la foto individual”). En 2024 se identificaron y analizaron las tendencias observadas en su evolución reciente (la “película”), lo cual permite entender si la “foto” anterior se enmarca en un contexto de progreso o, por el contrario, de estancamiento. El análisis combinado de “foto y película” sirve de “brújula” y también puede ser utilizado como tablero de comando para gestionar el desarrollo de un ecosistema. Además, cada año se profundiza en ciertos temas de interés que son seleccionados por los miembros de la comunidad. Así, en 2024 se midieron las condiciones para el surgimiento y desarrollo de emprendimientos femeninos, de base científico-tecnológica y de las iniciativas corporativas de innovación abierta con startups. Para ello, se desarrollaron indicadores y metodologías específicas ajustadas a cada foco temático.
A continuación, un resumen de los principales resultados del análisis de las condiciones sistémicas para el emprendimiento dinámico (la “foto”): » Los ecosistemas latinoamericanos se ubican en niveles que van de medio-alto a medio-bajo, sin que ninguno de ellos pueda ser calificado como de alto grado de desarrollo.
» El ranking lo lideran San Pablo, Monterrey, Bogotá, Santiago y Medellín, es decir, grandes ciudades, pero también hay ciudades intermedias como Manizales o Concepción en posiciones destacadas. Esto significa que no hay una relación lineal entre la escala poblacional y el grado de desarrollo de las condiciones para el emprendimiento.
» La distancia entre los ecosistemas más aventajados y los más rezagados es del 50%. En otras palabras, existe una brecha muy importante en su nivel de desarrollo, dando cuenta de la gran heterogeneidad de contextos que enfrentan los emprendedores de cada ciudad, inclusive dentro de un mismo país.
» Los ecosistemas suelen tener una cultura favorable para el emprendimiento, aspecto en el que sobresalen Manizales y Monterrey junto a Medellín y Bogotá, aunque hay que seguir trabajando en las cuestiones actitudinales.
» Por lo general, suele haber cierta base de emprendedores locales, pero retenerlos es un desafío. Por lo tanto, es clave ampliar dicha base, así como también desarrollar mejores condiciones para que los ecosistemas se vuelvan más atractivos y tender puentes con los que emigraron para capitalizar sus aprendizajes, conocimientos y contactos.
» Hoy día, los espacios formativos por fuera del sistema educativo suelen jugar un papel importante en el desarrollo de capital humano emprendedor. Pero para forjar los emprendedores del mañana es clave avanzar en la implementación de la educación emprendedora en las instituciones de enseñanza media, así como también mejorar los esfuerzos que se vienen haciendo desde las universidades.
» En buena parte de los ecosistemas suele haber fuentes de oportunidades potenciales que los emprendedores dinámicos podrían aprovechar para construir o perfeccionar sus propuestas de valor. Estas fuentes tienden a ser más importantes en ecosistemas grandes como Santiago, San Pablo, Monterrey y Medellín.
» Hacer negocios con empresas localizadas en el mismo ecosistema es una de esas fuentes de potenciales oportunidades, especialmente para los emprendedores de ciudades grandes como San Pablo, Medellín, Monterrey, Buenos Aires y Montevideo. La importancia de las firmas tecnológicas, por ejemplo, es, en promedio, un 50% mayor en las ciudades grandes que en las intermedias. Entre estas últimas, es más importante el papel que juegan las empresas agrupadas en diversos clusters sectoriales más tradicionales, como sucede en Manizales y Antofagasta.
» Una buena noticia es que hay grandes compañías que están buscando innovar con el apoyo de las empresas nuevas y jóvenes, esperando que ellas les puedan aportar soluciones en forma más ágil y económica. Estas oportunidades no solo están surgiendo en grandes ciudades como San Pablo, Medellín, Monterrey, Buenos Aires y Montevideo, sino también en algunas intermedias como Antofagasta, Manizales y, en menor medida, Valparaíso y Concepción.
» La situación es menos alentadora en lo que respecta a las instituciones de ciencia y tecnología como plataforma para innovar a través de la creación de empresas. Sólo una minoría de los ecosistemas cuenta con una buena plataforma de partida, por ejemplo, San Pablo, Monterrey, Barranquilla y Medellín, entre las grandes ciudades, y Concepción y Loja, entre las de menor tamaño.
» Los emprendedores no suelen encontrar buenas condiciones de financiamiento. Esta situación es más favorable, sin embargo, en el caso de los ecosistemas chilenos y de Montevideo, donde hay más acceso a fuentes públicas; y en el de San Pablo y Monterrey, por el
rol de la inversión privada.
» Esto sucede en el contexto de políticas públicas favorables para los emprendedores que existen en Chile y Uruguay. No obstante, las regulaciones son un talón de Aquiles para todos los ecosistemas sin excepción.
» Un dato alentador es la confianza y el espíritu colaborativo existente entre los actores de cada ecosistema, destacándose ciudades intermedias como Manizales, Concepción, Antofagasta y Valparaíso, donde los lazos sociales suelen ser mayores, pero también en grandes ciudades como Montevideo o Monterrey. Sin embargo, este ambiente es condición necesaria pero no suficiente para lograr una visión compartida, una agenda de desarrollo del ecosistema con recursos para la acción y un espacio institucional para impulsar el trabajo colaborativo (gobernanza), hitos de una hoja de ruta por recorrer en la mayor parte de los ecosistemas. Quienes si se destacan en este campo son Manizales, Montevideo y Concepción, seguidas de Valparaíso, Monterrey y Loja.
La segunda parte del reporte presenta la evolución reciente de los ecosistemas pioneros (la “película”) y muestra las siguientes tendencias en las que se enmarca la “foto” de la primera parte:
» La mayoría de los ecosistemas están avanzando y protagonizan una “película de acción”. Los que lideran el ranking del índice de progresos del ecosistema (IPE) son Santiago y Montevideo, seguidos de Manizales. Incluso un ecosistema más rezagado como Quito presenta signos de progreso en ciertos aspectos. Del otro lado, curiosamente, hay menores evidencias de avance en dos ecosistemas como Medellín y San Pablo, que se habían destacado en “la foto grupal”.
» Los “protagonistas principales” de estos avances suelen ser: a) los emprendedores que se “reciclan” en nuevos roles (mentores, inversores, etc.); b) las empresas que abren nuevas oportunidades de la mano de la innovación abierta con startups; c) los actores que buscan articularse y d) las iniciativas para desarrollar la inversión privada. Un poco más atrás, están las organizaciones de soporte que avanzan con una mayor variedad, sofisticación y especialización por verticales en sus servicios.
» Entre los ecosistemas que están implementando actividades para desarrollar la oferta de los inversionistas locales (por ejemplo, capacitaciones y su asociación en torno a redes) se destacan Montevideo, Antofagasta y Manizales. Pero, además, en casi todos los ecosistemas hay nuevos esfuerzos para atraer a inversionistas del exterior y en varios está aumentando la inversión en emprendimientos locales.
» Casi todos los ecosistemas están avanzando en la articulación de sus actores, sobresaliendo algunas ciudades intermedias como Loja, Valparaíso o Manizales. Incluso, especialmente en estos ecosistemas, pero también en Montevideo, hay progresos en la construcción y fortalecimiento de cierta forma de gobernanza.
» Los gobiernos, en cambio, suelen mostrar evidencias más modestas de avance, focalizadas en el lanzamiento de nuevos programas, así como también en mejorar la efectividad y el número de emprendedores que acceden a ellos. No ocurre lo mismo con las regulaciones, donde prácticamente no hay signos de progresos.
El reporte finaliza con algunas secciones dedicadas a entender las condiciones específicas para: a) el emprendimiento femenino, b) las empresas de base científico-tecnológica (EBCTs) y c) las iniciativas de innovación corporativa con startups. A continuación, los resultados más salientes:
Condiciones para el emprendimiento femenino:
» Por un lado, hay algunas buenas noticias en la mayoría de los ecosistemas, como la existencia de equidad en el acceso de hombres y mujeres a los estudios universitarios, una plataforma de conocimientos, capacidades y contactos sumamente relevantes para el emprendimiento. También hay avances en la incorporación de la perspectiva de género en las organizaciones del ecosistema.
» Sin embargo, las condiciones generales para el emprendimiento dinámico femenino no son favorables en ninguno de los ecosistemas pioneros. Los líderes, Manizales y Medellín, apenas alcanzan los 50 puntos, asemejándose al famoso caso del “vaso” (¿medio lleno o medio vacío?).
» Las principales barreras que enfrentan las mujeres tienen que ver con las inequidades en el acceso a trabajos calificados, bien remunerados y a posiciones de liderazgo. Esta inequidad implica contar con menos
oportunidades para el desarrollo de capacidades, contactos y recursos que luego serán relevantes para el emprendimiento.
» Además, existen barreras más específicas en el proceso de emprendimiento, como por ejemplo a la hora de acceder al financiamiento o de relacionarse con otros empresarios, proveedores y clientes. También encuentran dificultades para dedicarle al emprendimiento el tiempo que requiere, dado que suelen tener que asumir mayores obligaciones familiares que sus colegas varones.
Condiciones para la creación de EBCTs
» Aún en aquellos ecosistemas que cuentan con una plataforma favorable de ciencia y tecnología suele carecerse de condiciones propicias para la creación y desarrollo de este tipo de emprendimientos. Los líderes del ranking, Barranquilla y Santiago, se ubican por debajo de los 50 puntos.
» Hay deficiencias importantes en el ambiente interno de las universidades y centros de I+D. Por ejemplo, en las normas e incentivos que rigen la carrera de los/as investigadores/as y la posibilidad de dedicar tiempos y participar en la propiedad y gestión de las EBCT. Valparaíso, Cali, Montevideo, Copiapó y La Serena–Coquimbo, son los que exhiben mayores oportunidades de mejora en este plano. También en las capacidades y recursos para apoyar a estos emprendimientos y vincularlos con otros actores del ecosistema.
» Además, estos emprendedores encuentran restricciones importantes puertas afuera de sus universidades y centros de I+D. Por ejemplo: a) en el acceso a inversionistas privados especializados en EBCTs, en especial en Manizales, Medellín, Loja y, sorprendentemente, San Pablo; b) en el marco regulatorio (por ejemplo, cuestiones impositivas, societarias, sanitarias), algo que es notorio en todos los ecosistemas y aparece en forma más acentuada en Buenos Aires, La Serena- Coquimbo, Montevideo, Quito y Medellín.
» En algunos ecosistemas hay novedades alentadoras del lado de los programas públicos que buscan fomentar este tipo de emprendimientos. Por lo general, se trata de iniciativas de nivel nacional o regional, especialmente reconocidas en Barranquilla, San Pablo, La Serena-Coquimbo, Santiago y Valparaíso. Además, hay evidencias de avances en los servicios de apoyo para este perfil de emprendimientos y, en especial, en su vinculación con otros actores (inversionistas y otras organizaciones, tanto locales como extra-locales). Barranquilla y Valparaíso lideran estos movimientos, seguidas por Manizales, Montevideo y Santiago.
Condiciones para las iniciativas de innovación abierta corporativa con empresas nuevas y jóvenes
» Estas iniciativas encuentran condiciones favorables para su desarrollo en un grupo destacado de ecosistemas encabezados por San Pablo y Manizales y seguidos por Santiago, Antofagasta y Barranquilla.
» Hay nuevas iniciativas empresariales de este tipo en varias ciudades, destacándose en particular Manizales, Santiago, San Pablo, Montevideo, Antofagasta y Cali.
» La percepción predominante en los ecosistemas que están avanzando en este campo, es que suele haber nuevas empresas con soluciones innovadoras listas para colaborar con las grandes empresas, especialmente en Montevideo, San Pablo, Buenos Aires y Santiago.
» Sin embargo, el valor que están aportando estas iniciativas a las propias corporaciones y a las empresas nuevas y jóvenes, sólo es reconocido con claridad en San Pablo y Antofagasta. Es posible que ello se deba, al menos en parte, al carácter relativamente reciente de estas iniciativas. Pero también al predominio de culturas organizacionales en las que la innovación aún no ha permeado profundamente o en las que el conocimiento de la innovación abierta aún no se ha generalizado.
» Por otra parte, la cultura y el comportamiento de las grandes empresas son bien diferentes al de las empresas nuevas y jóvenes, siendo necesario construir puentes y apoyos para el trabajo colaborativo entre unas y otras. En algunos ecosistemas como San Pablo, Manizales, Valparaíso y Antofagasta hay organizaciones que están brindando este tipo de servicios.
En GEIAL esperamos que los actores de los distintos ecosistemas se apropien de estos resultados, más desarrollados a lo largo del reporte, así como de las recomendaciones que, a título orientativo, se incluyen al final, junto con las conclusiones. Es nuestra intención que sirvan como insumos valiosos, estimulando conversaciones productivas y la realización de talleres u otros ejercicios que permitan generar acuerdos para transformar estos resultados en acciones concretas.
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