Manizales es una ciudad de tamaño intermedio. Según proyecciones del DANE, en 2024 cuenta con 457,022 habitantes: 242,037 mujeres (53%) y 214,985 hombres (47%). Está ubicada en la región del Eje Cafetero de Colombia, y su principal actividad económica es el comercio, que representa un 41.54% del tejido empresarial. En segundo lugar, se encuentran las actividades relacionadas con alojamiento y servicios de comida, con un 11.93%, y en tercer lugar, la industria manufacturera, que aporta un 8.83% del total de empresas en la ciudad, según el reporte Manizales Vital 2020. La ciudad también destaca por sus universidades de alta calidad y agrupaciones como SUMA, que la convierten en un destino atractivo para estudiantes de pregrado y posgrado de otras ciudades y países.

El ecosistema de emprendimiento de Manizales alcanzó un nivel medio-alto, según la «foto» de las condiciones sistémicas de GEIAL, aunque se identificaron aspectos favorables, cercanos a convertirse en fortalezas, como la cultura emprendedora (74 puntos), la gobernanza y articulación del ecosistema (73) y el apoyo institucional (70). En contraste, el financiamiento es el factor más débil, con 45 puntos, lo que exige esfuerzos de mejora. También es necesario trabajar en las regulaciones y políticas (55), en especial las de carácter extra-local (36), y en la atracción y retención de emprendedores (46), dentro de la dimensión de capital humano emprendedor. La plataforma de ciencia y tecnología como generadora de oportunidades también presenta espacio para mejorar, con 60 puntos.

Este diagnóstico se enmarca en una tendencia de evolución positiva del ecosistema, con avances en diversas variables de las fuerzas dinamizadoras de un ecosistema. Entre los avances destacan el rol creciente de los emprendedores en nuevas iniciativas del ecosistema (95 puntos), la incursión de las empresas en innovación abierta (94), los esfuerzos por capacitar y asociar a inversionistas locales (89) y para atraer inversiones extra-locales (90). Además, se evidencian nuevos servicios de apoyo institucional (93). Con estos progresos, Manizales ocupa el tercer puesto en el ranking del Indicador de Progreso de Ecosistemas de GEIAL (IPE-Prodem), con 76 puntos.

Sin embargo, el ecosistema enfrenta desafíos, particularmente en lo que hace a cambios normativos favorables al emprendimiento, donde obtuvo solo 43 puntos, resaltando la importancia de mejorar las regulaciones y políticas (55).

El informe también resalta actividades clave que podrían dinamizar el ecosistema, como el emprendimiento femenino, donde Manizales, a pesar de ubicarse en el segundo lugar del ranking con 50 puntos, aún tiene importantes oportunidades de mejora. Se destacan avances en perspectiva de género en programas públicos (88) y en organizaciones de apoyo (87). Sin embargo, se identifica una desventaja significativa en que las mujeres enfrentan mayores cargas de cuidado del hogar (29 puntos), lo que les dificulta poder dedicarle tiempo al emprendimiento en comparación con los hombres. También se identifican obstáculos en el acceso igualitario al financiamiento.

Otro foco importante del informe es el de las Empresas Basadas en Ciencia y Tecnología (EBCTs). Manizales se ubica en un nivel medio (41 puntos de 100), a pesar de los avances en la vinculación de emprendedores de EBCT con otros ecosistemas (64) y en la articulación entre universidades e instituciones de I+D (62). Es que persisten desafíos en cuanto a los incentivos para los académicos en universidades y centros de I+D (41) y en el ambiente general para la creación de EBCTs (29), por ejemplo en lo que hace a normas y apoyos.

Finalmente, la medición incorpora el componente de Mentalidad Ambiciosa Global e Innovadora (MAGI), una estrategia de ciudad que busca impulsar la cultura emprendedora e innovadora. Los resultados muestran que las empresas tienen una alta ambición de crecimiento (92), pero aún carecen de un mayor desarrollo de la orientación global (68), ya que no se proyectan al mercado internacional ni piensan en exportar (51).

En resumen, el ecosistema emprendedor de Manizales presenta un nivel de desarrollo medio alto con suficientes evidencias de progreso en la mayoría de sus fuerzas dinamizadoras y oportunidades de mejora a seguir trabajando, lo que permite disponer de un panorama optimista para su desarrollo futuro.